miércoles, 12 de octubre de 2011

Intruso

Iba en el tren y pasó eso que pasa muchas veces y siempre me sorprende. Vamos cuatro desconocidos, y los dos que parecen ajenos, después de más de media hora se dirigen el uno al otro. ¡Se conocen!. Y no lo parecía. Resulta que están enfadados.
Y luego la persona que está a mi lado... también forma parte del grupo, de al lado.
El vagón entero tiene una relación.
Y yo voy mirando por la ventana intentando acompañarme y defender mi soledad de esa invasión repentina. Acurrucándome, encogiéndome, inventando historias, como siempre.
Estoy deseando que se marchen. LLegar al destino lo antes posible. Porque coincidir con una excursión del incerso puede llegar a ser un coñazo.