viernes, 13 de febrero de 2009

Visita invisible

Odio los contadores de visitas. Jamás pondré uno en este blog. Prefiero no saber cuantos y solo quienes cuando tengan algo que decir. Quiero que toques este cuaderno sin que por ello tenga que quedar una marca. La huella más fea de todas, un número, cuando pudo ser una trampa en la que has caido por casualidad. Caes, y ya hay un número más. Jamás, he dicho.

2 comentarios:

Pesanervios dijo...

Bueno, yo creo que la trampa está cuando te dejas caer en ella. Un número es simplemente un número, si le das otro valor se convertirá en otra cosa. Depende de la importancia que le des.

Yo por ejemplo si que he usado (y uso) contadores. Me resulta curioso saber la procedencia de mis visitantes y su número, pero no me afecta más allá de simple anécdota.

Succo di Melo dijo...

Bueno bueno Pesanervios, ¿estamos relativistas ultimamente?jeje.




Que se yo, lo del contandor me hace pensar en por ejemplo, la gente que guarda sus propios correos (los que ha enviado)... a ver, más ejemplos, o en los que sólo se quedan con las fotos en las que salen ellos mismos al revelar un carrete, o incluso en la gente que se come solo la crema de las gelletas oreo y se deja el resto!