jueves, 29 de octubre de 2009

Cacto y las manos

Mi hermano Cacto (di Melo) me dijo una vez que yo estaba por estar. Que los planes estaban hechos para que yo no naciese, y que al final lo hice porque él me dio permiso. Con todas sus espinas, me enseñó a hacerme fuerte. Al crecer vi debajo de la costra verdeoscuro que aquellos afileres eran su forma de cinismo, y que tendrían un efecto similar al del veneno neutralizando al veneno con el mordisco del cascabel. Zumo insignificante, amargo, como los dos sabemos que vas a seguir metido en lo oscuro, más te vale venir por aquí con algo en las manos...y estarán sucias eso seguro, y lo que haya entre esa zarpas que tienes... más todavía. Y Cacto no hace otra cosa más que dibujar. Recuerdo que una vez, entré en su habitación sin permiso y le ví salir de debajo de una baldosa, le vi apartarla como una trampilla, con una flor marina agitándose en la palma izquierda de su mano ...

No hay comentarios: